Receta de la abuela.
Se escogen los membrillos sanos y maduros, se pelan y cortan en cuartos y se les quita el corazón. Los echamos en un barreño con agua fría y zumo de limón. Después se ponen a cocer en un caldero con agua hirviendo hasta que estén tiernos (se pinchan con una aguja de tejer). Los sacamos y dejamos escurrir. Se pasan por el pasapurés hasta conseguir una pasta fina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario